Como decía Cortázar, pobre del amor que del
pensamiento se alimenta, y sucedió que te había
Que una imagen trasmita a la vez ingenuidad y belleza es un efecto que me cautiva sobre manera . Foto de Nacho Aguado |
buscado en un millón de
amaneceres y lo que podía parecer un atrevimiento era puro sentimiento. Por ello
desde que la habías dejado, no sabía si era peor el amor irreal que había
perdido; el amigo ficticio con el que no volvería a charlar; la angustia del abandono, o las
ganas de arrancarte la cabeza.
Pero claro, era imprescindible que hicieras tu
voluntad y respetaras tu sentir, amado príncipe. Ella había evolucionado de
imputada a inculpada y ahora las circunstancias la obligaban a cerrar aquella
puerta. Pensó que era un buen momento, habías
hablado para dejarla sola con sus palabras, por fin se había hecho realidad,
tanto darle vueltas a tus silencios los había convertido en ídolos de barro. A
ella que se creía tan especial, tan diferente y
tan sensible, la habías dejado.
Y si se paraba a pensar, la vida estaba plagada
de despedidas. Algunas de gente que te quiere y se va para siempre; otras de
gente que se va de tu lado porque no te quiere lo suficiente. Unas las haces y
otras te las hacen, corroborando que, lo
único seguro es el cambio.
Coleccionaba momentos y recordaba más tus silencios que tus
ruidos por eso sabía que era engañarse, seleccionar de forma sesgada la realidad.
El hecho de que te hubieses manifestado,
para no decir nada más que lo que ya estaba claro, supuso un desencanto en su fantasía
y a los cuatro años exactos, tú, descendiste a los infiernos.
Perdiste todo el glamur y toda la categoría
para convertirte en un vulgar hombre rico, engreído, falto de educación, con
una comprensión selectiva y escarchada. Pobre hombre rico, que lejos quedas de
aquel ensueño en el que te habían
colocado. Podría decirse que hasta das pena. Pareces, despojado de su
entelequia, físicamente exiguo, tan poquita cosa, tan aburrido, tan predecible
y sórdido que no serás nada sin esa pátina de embrujo.
Enfangado en realidad, ahí te quedas, putrefacto de prepotencia y destilando
estupidez. Un personaje de semejante catadura no estaba a la altura de
sensibilidades como la suya. Que Dios se apiadase de tus restos y con esto
quedaba cerrado el ciclo litúrgico y
monocromático de una devoción.
Has sido un paréntesis mágico que le puso el
corazón al borde del alma y ella había venido, de pronto, a fecundar tu tiempo.
Y aunque afuera el mundo rugiera o se adormeciese; los hombres viviesen o muriesen;
unos amores pereciesen, naciesen otros, aun así, estamos todos imbuidos en ese
ruido que agita la existencia humana, por eso, debes de tener claro que como
ella te ha querido, desengáñate, así no te querrán.
Se agitaba ante tu imagen bloqueando su
comunicación mientras una vanidad ilusoria, una sed de dominación y unas
irrefrenables ganas de hacerte tragar tus sentimientos pueriles, la acongojaban.
El oprobio y la necesidad de verte mendigar amistad la movían por un instante y
no dejaba de sentir que eso pertenecía a su lado oscuro.
La elegancia de las palabras y el embrujo que
la corroe contra la triste indiferencia y los juegos de adultos a los que juegas con
cartas marcadas de poder y dinero.
Estos días necesitaba desesperadamente el
arte. Aspiraba con ardor a recuperar la ilusión espiritual, deseaba con pasión
que algo la salvase de los destinos biológicos, de la vejez, del desamor, del
aburrimiento y de la rutina por eso se aferraba a la poesía de este
mundo, a la literatura del día a día y no quería olvidar que en el universo
todo es compensación por los siglos de los siglos.
Pensaba en el sonido del mar rugiendo; en el sabor de una buena taza de
té mientras el viento, afuera, balanceaba
las hojas de los árboles. Pensaba en el destino de los hombres, en el tranquilo
suceder de los días y en su corazón sereno. Además, como decía el mariscal
Kutuzov, en Guerra y Paz, todo llega cuando tiene que llegar para quien sabe
esperar.
Besos que vienen riendo, luego llorando se
van, y en ellos se va la vida, que nunca más volverá. Unamuno
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