Sólo para personas encantadoras

PECCATA   MINUTA
Cuando suena el despertador me rebullo entre las sábanas sabiendo que si no me aparto pronto de aquella calidez, no lo haré a tiempo.
Siempre ocurre lo mismo, oigo el desagradable  rinnnnnng  y… ¡levántate Lola! No dejes que tu mente inconsciente y adormilada tome el mando, porque si no encontrará mil argumentos para seguir al amparo de un manto de calor templado que es justamente lo que necesitas, es  la felicidad, la paz, el relax y la perfección en el borde de un sueño profundo.
¿Por qué me meteré en estos líos? Una velada literaria bien vale un madrugón de sábado, respondía el otro yo. Depende de la hora a la que me lo preguntes, argumento.
Mientras el agua discurre por mi cuerpo trato de no pensar, no despiertes todavía. Un minuto más sintiendo el calor  por mi piel en forma de pequeñas gotas. Dame una tregua, otro minuto de sosiego.
Me visto sin pensar,  sólo recordando lo que combiné ayer, vaqueros pitillo, tacones cómodos, jersey de cuello alto, abrigo gris oscuro y un largo pañuelo color salmón, tirando a rosa, que dará luz a mi existencia.
Un café, la barra de labios y ya estoy de pie esperando al autobús. Doy conversación a una mujer encantadoramente atractiva a la que meto en mi submundo de preguntas y respuestas llenas de vida y emoción. La entretengo y se siente bien, lo trasmito por los poros de mi piel. Con cada pregunta  le mando, de forma  involuntaria, un mensaje: disfruta del día, disfruta de la vida, disfruta de la conversación, disfruta.
Llega precedido de espera y frío, me subo y busco un sitio libre. No conozco a nadie y aún así me apetece correr la aventura.
Libre, ¿Me puedo sentar? Miro de refilón a mi compañera y voilá… es Isabel, querida Isabel, me da un vuelco el corazón de pura alegría, ¿Esperas por alguien? Si, por ti dice mirándome pero sin conocerme. Tendrá  guasa la tía.
Pero oye, mírame, Isabel que soy yo. Joder Lola, te conocí por la voz. En todos estos años no te ha cambiado la voz. Te miraba sin verte, pero tu voz sigue siendo la misma de adolescente.
Un abrazo emotivo en las apreturas del autobús y dos besos sonoros  en todo el papo, de los que soy una consumidora compulsiva.
Bonita sensación de familiaridad la que me invade. ..Isabel, nos conocemos desde siempre, no tengo que empezar de cero a contar vida. -Que gustazo más inesperado encontrarte, ¿cómo te va todo?- Muy bien, te recuerdo con el pelo largo, muy largo.
-Pues sería yo la del pelo largo, pero no me suena más  que de verla en  fotos. ¡Ay que fastidiarse con lo que cambian las personas, aún así me alegro de encontrarte! 
Lugar encantado cerca de Mieres

Entre palabras y palabras vemos discurrir las montañas teñidas de verde  y seguimos hablando sin tregua; cambiando de objetivo sin previo aviso y sin pausa de ningún tipo, recurso estilístico propio de las mujeres, hasta que el ruido del motor  cesó, lo que entendimos levantándonos y recogiendo nuestras cosas.
-¿Vas a comprar algo de este escritor?  -No, cogí en la biblioteca El lápiz del carpintero y voy por la página setenta.
Sentadas ya, y decido comprar un libro para poder tomar nota de las cosas que me interesaren de la charla, así que nos levantamos  dejando el campamento montado y volvemos con Una espía en el reino de Galicia. Allí garabateó el autor un dibujo y puso un autógrafo muy logrado, la verdad el hombre se esmeró pero no fue capaz de mirar a los ojos de la gente.
Rodeado de lobas hambrientas de su genialidad, el genio optó por ser un profesional y no una persona próxima. 
Apoyada en la vieja columna del palacio, Lola  saboreaba su frustración ¿Por qué la gente ignora a la gente? Es algo que me cuesta entender,  si  yo  miro a alguien, ese  alguien  debería de mirarme. -Eres un poco engreída, le decía Isabel, pero es una sensación  desagradable  hablar con alguien que no te mira ¿verdad?
Chin-chin, levantamos las copas y brindamos por nosotras, el vino da una visión muy positiva de las cosas, -¿Qué te molesta Lola? -No es el que no nos miren, si no el que no nos vean,  es la puerca impresión  de ser transparente,  lo que no llevo bien; se colocaba el pelo de forma nerviosa; resulta horrible y helador  estar en medio de una multitud y sentir que no eres nada para nadie. Tú sientes cosas y  las personas que habitan las caras, que se cruzan en tu camino, te ignoran hasta el punto de no verte. Es como darse un paseo en el metro de Madrid.
-¿Nuevas  pasiones, querida amiga?-continuaba Isabel,  interrogando con la confianza que dan los años de amistad.
-Que va,… una vieja conocida que no acabo de asumir.
-Todo humano sensible  ha vivido la experiencia de ser trasparente  alguna vez, digo yo.
Se le ve  un hombre grande, tal vez hasta un poco rudo y fuerte;  daba  la idea de cubrir todas las expectativas  de las depredadoras presentes en la sala; las ideas  volaban  fluidas por la mente de Lola.
-¿Qué dibujas? -pregunté mirándolo de frente con una dosis de natural encanto no exento de premeditación .Movió ligeramente la cabeza- Un libro-dijo con la mirada floja.
Pusilánime; espoleó mi otro yo; es un cobarde porque no mira de frente.
-Oye Lola, ¿te produce frustración que te ignoren? Si, respondí al punto.
-¿Qué tipo de frustración?
-Carnal porque lo vivo en mis carnes, sexual porque lo vivo en mi cuerpo, emocional porque sufre mi ego y  de cariño por no sé qué. Quiero ese amplio abanico de dádivas  en  mis protagonistas, pero  todo enredado  en una mirada. Tendría de él  todo lo que necesito, si en aquel  momento justo me mira.
¿Todo? –Sí, continuó  Lola, cobertura  para el instinto, admiración para la mujer, paz para mi intelecto, todo… ¡pero qué cabrón, y se fue sin más!,  podemos echar la culpa a las lobeznas que lo protegían, pero realmente la frustración nos la brindó él  por no mirarnos a los ojos y darnos un poco de su alma, siguió Isabel.
-¿No será más bien que el problema está en ti, mujer? Piensa, para qué te sientes así de frustrada. Parece que necesitas ser el centro de atención, algo no te rula bien.
-Igual tienes razón - la cogió por el brazo con ternura-¿tomamos un café? Me encanta el olor del café.
Isabel  siguió sin dar tregua- La organización habría sido perfecta si la gente que hacía las preguntas se hubiese puesto de pie- La otra la escuchaba mientras daba  pataditas a una piedra que se cruzó en su camino-Sí, tienes razón, y el autor ganaría mucho si tuviese  el valor consciente para mirar a los ojos de la gente.

El poder de lo intangible
Priscilla is sleeping now.












Para los que hablan sin voz

La voz a ti debida II
Me gusta tu voz incluso cuando hablas.

Es  el eco de un  mundo cálido, exclusivo y  maravilloso lo que sale por tu boca; y entonces  cuando por fin te decides a hablar, un sencillo y coloquial –mañana cuando os despertéis me llamáis- parece seductor.

Resulta  esa tu inflexión,  irrepetible. Es el timbre de barítono que nace de tu alma  y  un no sé qué, reflejo de infinitas  sensaciones por vivir  o eternas  promesas hechas sin querer, lo que te traiciona y te hace único.

Entiendo que no eres culpable del hechizo que ejerces sobre mí; aunque  resultaría tan sencillo deshacerme de él como de mi propia piel, y  por eso está ahí,  persiguiéndome en los cálidos días de agosto; arrullándome en las tardes grises del otoño; dando rienda suelta  a mi imaginación en cada segundo,  poniendo un punto de fantasía  en  mi existencia. 

Como casi siempre, algún verso peregrino acude, para llenar el momento de gloria  y de inmortal presencia:
“El tiempo 
después de dártelo 
no lo quise para nada 
ya, para nada”  (Pedro Salinas 1933)
Para  los que hablan sin voz;
que somos uno,  y somos un millón.
Mi somero error  consiste en confundir  esas sensaciones que me trasmite tu  voz,  con unos sentimientos que nacen en ti. Porque la severa realidad y el tiempo, certero catador de reconcomios, dicen, que todo esa pasión nace de mi  y se engancha a tu cuerpo, belleza efímera, a causa de  tu voz, pasaje inimitable a un mundo sin fin.

Tú,  gran maestro, tienes un rango de voz próximo al bajo-barítono.  La cuidada precisión en el fraseo y el control de la respiración, te hacen impecable.

Has heredado,  por voluntad propia, la idea de que la música popular debe de ser una continuación de la conversación. Eres, de los que hace música con la  palabra hablada, entiendo con ello que  haces camino al a andar. Adoro a Frank Sinatra. Y eso, ¿qué tiene  que ver con la historia?

Llueve, detrás de los cristales llueve y llueve, aún así  quiero oírte. Aparezco en  aquel lugar, vacilante,  ignorada entre la maraña de la  multitud y sumergida en el anonimato  a causa de  tu mundana indiferencia, pero  allí estoy.

Un amable caballero me cede la silla, que arrastro sin ninguna delicadeza para ubicarme exactamente donde pretendo, y apoyo ambos pies en el muro que limita por la parte de arriba al escenario. El aire es frío y me enredo en el fino pañuelo de verano  que hace vanos esfuerzos por darme calor. Mientras, el piano sigue sonando con notas, a veces coléricas, que impregnan  el ambiente de  improvisación, pero no importa. El piano no importa, ni el pianista, ni el hombre del saxo,… ahora solo importa un frío sagaz que me atraviesa y un agua pendenciera  que me irrita.  Entonces, volviendo los ojos al cielo, me pregunto  qué  hago  allí.

De repente surges, impoluto, entre la gente, con un halo de normalidad muy estudiada. 

Siempre he sido muy romántica, ahora me entero de que no hay sitio malo para el querer. De forma esporádica me paso las manos por el pelo  con la intención de aclarar mis emociones y en ese preciso segundo  me vuelvo a preguntar, eso sí, sin acritud, ¿Qué porras  hago yo aquí?

Tu voz; eterna melodía


Para los que trasmiten miles de emociones. Puerto de Vega



El día después II

¡Ahora si que la tenemos liada!
Resulta que la penúltima entrada la habéis leído muchos, muchísimos, para alegría de todos los que estamos implicados en esta historia. Y entonces  a  Pauli, que me lleva la publicidad entre los jóvenes, y a mí, nos come la inquietud elucubrando  de que caray vamos a hablar  para que os interese.

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria´
crepúsculo cayendo en tus ojos,
caracola terrestre, en ti la tierra canta. P. Neruda

Parece un buen momento para contaros quien es Anita Pérez.
Anita es mi madre.
Todos sabemos que  la madre de uno es un ser  único e irrepetible y  aunque lo demos por supuesto, no está demás pararse a reflexionar y dar  gracias por tenerla.
Una sensación de calidez; de conexión con el mundo de la tranquilidad; de que todo está en su sitio,… esa es mi mamita.
Siempre estuvo  ahí, siendo, lo suficientemente sincera como  para que la realidad no me asombrara, y  una muralla para que la realidad no me ofendiera.
Dispuesta  a esperarme para comer; a hacerme la comida; a dejarme su chaqueta nueva; a despertarme por la mañana para que no me durmiera,  y a volverme a despertar si me había  dormido.
Todas  las madres son el mismo instinto en cuerpos diferentes, preparadas  para  regalarnos su esencia, si tienen la suerte de que nos guste; para brindarnos su tiempo, si tienen la fortuna de que lo queramos; y para  entregarnos su vida, si tiene la buena estrella de que nos interese.
Esa es tu madre y también la mía, que cuando acabé mi primera carrera apuntaba que medio título era suyo por la cantidad de horas que le había dedicado a aquel magisterio;  No te quejes, tienes mucha suerte, sólo encuentra el porqué la tienes  y da gracias por ello.  
E incluso ahora que la vida le ha quitado el don de la palabra, recostada en su sillón de piel marrón,  sus  grandes ojos verdosos, son capaces de trasmitir tibieza, sosiego  y una media sonrisa que ilumina mi mundo.
Por eso la adoro y decidí  honrar este blog con su nombre; por eso me dejo la piel para seguir su estela como persona. Cásate con el rey, me decía, pero que te ame el hombre; por eso,  si abandonara este mundo antes que yo,  seguiría viva en mí,  porque ella es  un credo que habita en mi corazón.
En este  irrepetible segundo,  si tu mamita  está a tu  lado, dale un  sentido  abrazo como declaración pública  de    agradecimiento.
 Si no está cerca pero  lo estará, te has perdido el mimo de la persona  que más  te quiere. Así que  arréglalo en cuanto puedas  porque  no habido, no hay nadie,  ni lo habrá,  que te sepa  a ti querer de esta manera.
Pero si nunca vuelve a ser posible, cierra los ojos y déjate inundar por su ternura, porque ella  eternamente te envolverá, como la esencia de aquel  buen perfume que habíamos  comprado en Italia; sólo es necesario que escuches tu corazón.
Un cariño.

"Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma" P.N

Esta playa es la preferida de mi madre.



El día después I


Caminando va esa aguja,
por la esfera del reloj,
incesante gira y gira,
incesante como yo
Las fotos, de Paula Alonso.
Las palabras bonitas de Neruda.
Otros dos textos, adivina de quién.
El tiempo, mío.

Es un anillo en el cielo,
es la boca de un ciclón,
espiral interminable,
que  desoye  la razón.


Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas. P. Neruda


Siempre hay un día después.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. P.N.


¡HASTA PRONTO!

MERES   PARA  SIEMPRE
El viaje toca a su fin.
Pancho y Roger,  mis buenos  y tolerantes compañeros, me han ayudado a hacer cuentas y resulta que he dado clase hasta el día de hoy a unos tres mil alumnos;  he viajado por Italia aproximadamente con seiscientos,  y no os  imagináis lo satisfechos que nos sentimos todos, cuando al irnos de algún hotel nos felicitan por  el saber estar de nuestros chicos. Entonces no puedo por menos que recordar la canción que cantabais con Misspi en vuestra graduación de preescolar con aquel:
-¿Quéé serááá, serááá? …, El tiempo nos lo dirááá.  
¿¿¿¿¿¿¿Qué será, será?????

Ha  pasado  un momento y de pronto  os contemplo  avanzar, de  modo solemne, por el pasillo central de la Catedral de Oviedo para partir en busca de vuestra vida, mientras un coctel  que armoniza la pena, el orgullo, la felicidad y la  maravilla de la existencia,  rueda por mi cara en forma de  dulces lágrimas.
Desde aquí tengo que deciros que Espero que vuestro camino os lleve hasta el Sol, si es el Sol lo que queréis. Y con esto me hago eco de la ilusión de todos  vuestros profesores, esos  que han vivido para vosotros y con vosotros  durante ocho horas al día, catorce  irrepetibles años.
Habéis sido muchos y todos magníficos, pero las cosas son como son, y  sólo unos pocos ponen nombre a su generación. Si me subo al caballo de los recuerdos tengo que retroceder veintiocho años atrás  y señalar a tantos, que me pierdo.
Aunque es mi deseo  que os  deis todos por aludidos, mis queridos muchachos, aquellos a los que yo decía  cuando estabais sentados en las gradas del polideportivo  Silencio uno, silencio dos  y sileeencio…tres.
Menciono, porque  viví muy de cerca sus avatares, a la generación de Ángel Garrido, Antonio Reguero, Sara Flórez y Carla Pastor, mi hija, que iban a darnos la lata  cada vez que podían al despacho de E.F. También tengo un recuerdo especial para Daniel Llaneza que me lee desde Bristol y eso me llega al corazón.
Por supuestísimo citar  a nuestra última promoción, esa que está a las puertas de la Pau,  la de mi Pauli Alonso, Victoria Maujo, Sara Moro, Mónica Martínez y el gran Platero entre otros, que nos hacen el honor de  su presencia siempre que las circunstancias se lo permiten.
Es cierto que en adelante el Colegio, sin vosotros, estará un poco más vacío, pero el mundo estará un poco más lleno de buena gente.
 Y aunque alguien dijo, Acaso no comprendáis en esta despedida, que, aunque el amor nos une, nos separará la vida,  no olvidéis que lo  que  Italia ha unido  no lo separará el tiempo, porque siempre, siempre, estaréis en nuestros corazones.

Todo lo llenas tú, todo lo llenas. Vía Imperial




















 





Fotos para el recuerdo


  Mis chicas

 "No digáis que agotado su tesoro,
 de asuntos falta enmudeció la lira,
 podrá no haber poetas, pero siempre
 habrá poesía."(G.A.Bécquer)



…y tropiezo con unos
Ojos verdes,  y de pronto es verano,
Para siempre es verano entre palmeras, Allá en el sur,
cerca del mar y el sol. Victor Botas
"Eras como el vino que endulza la pena, 
Era como un sueño querer retenerte"    Promoción 1996/2011

La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos


Sul vaporetto
A veces me duele y busco tus huellas,
o siento nostalgia de cosas pequeñas