El día después II

¡Ahora si que la tenemos liada!
Resulta que la penúltima entrada la habéis leído muchos, muchísimos, para alegría de todos los que estamos implicados en esta historia. Y entonces  a  Pauli, que me lleva la publicidad entre los jóvenes, y a mí, nos come la inquietud elucubrando  de que caray vamos a hablar  para que os interese.

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose,
lento juego de luces, campana solitaria´
crepúsculo cayendo en tus ojos,
caracola terrestre, en ti la tierra canta. P. Neruda

Parece un buen momento para contaros quien es Anita Pérez.
Anita es mi madre.
Todos sabemos que  la madre de uno es un ser  único e irrepetible y  aunque lo demos por supuesto, no está demás pararse a reflexionar y dar  gracias por tenerla.
Una sensación de calidez; de conexión con el mundo de la tranquilidad; de que todo está en su sitio,… esa es mi mamita.
Siempre estuvo  ahí, siendo, lo suficientemente sincera como  para que la realidad no me asombrara, y  una muralla para que la realidad no me ofendiera.
Dispuesta  a esperarme para comer; a hacerme la comida; a dejarme su chaqueta nueva; a despertarme por la mañana para que no me durmiera,  y a volverme a despertar si me había  dormido.
Todas  las madres son el mismo instinto en cuerpos diferentes, preparadas  para  regalarnos su esencia, si tienen la suerte de que nos guste; para brindarnos su tiempo, si tienen la fortuna de que lo queramos; y para  entregarnos su vida, si tiene la buena estrella de que nos interese.
Esa es tu madre y también la mía, que cuando acabé mi primera carrera apuntaba que medio título era suyo por la cantidad de horas que le había dedicado a aquel magisterio;  No te quejes, tienes mucha suerte, sólo encuentra el porqué la tienes  y da gracias por ello.  
E incluso ahora que la vida le ha quitado el don de la palabra, recostada en su sillón de piel marrón,  sus  grandes ojos verdosos, son capaces de trasmitir tibieza, sosiego  y una media sonrisa que ilumina mi mundo.
Por eso la adoro y decidí  honrar este blog con su nombre; por eso me dejo la piel para seguir su estela como persona. Cásate con el rey, me decía, pero que te ame el hombre; por eso,  si abandonara este mundo antes que yo,  seguiría viva en mí,  porque ella es  un credo que habita en mi corazón.
En este  irrepetible segundo,  si tu mamita  está a tu  lado, dale un  sentido  abrazo como declaración pública  de    agradecimiento.
 Si no está cerca pero  lo estará, te has perdido el mimo de la persona  que más  te quiere. Así que  arréglalo en cuanto puedas  porque  no habido, no hay nadie,  ni lo habrá,  que te sepa  a ti querer de esta manera.
Pero si nunca vuelve a ser posible, cierra los ojos y déjate inundar por su ternura, porque ella  eternamente te envolverá, como la esencia de aquel  buen perfume que habíamos  comprado en Italia; sólo es necesario que escuches tu corazón.
Un cariño.

"Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma" P.N

Esta playa es la preferida de mi madre.