EL MIERES DE LOS AFECTOS

Una tarde lluviosa de cualquier jueves de enero, es la adecuada para  un café con  madrina, y  una cena de citas literarias. Mil millones de maravillosas citas literarias  y otros tantos libros sugeridos. El elogio de la duda; la modernidad liquida; el bobo ilustrado; Virginia amaba a Vita. Un placer escucharlo, mientras el pasado nos transporta  a su aula en el Bernaldo de Quirós. Cuenta y vuelve a contar. Dice y redice. Como me gusta el Mieres de mis afectos.
Adoro a la gente que como tú,  regala
momentos de incalculable valor.
La foto de
ALICIA RODRÍGUEZ ALPERI

La brillante luz de las farolas que rodean  la Plaza de Abastos, se refleja en el suelo mientras caminamos hacia el parque Jovellanos. Cada vez que paseo estas calles, tormentas de emociones se abren paso entre los minutos de mi vida. Una vida que va dejando un rastro de apegos  que saben a juventud, poseen ternura; y no adolecen, ni de hastíos juveniles, eso dice María,  ni de  miedos variopintos.

De vuelta a casa por la misma avenida, aquel corazón  latía lentamente, acompasando el silencioso y ancestral ritmo de la tierra. El único objetivo que anhelaba su mente era sentir tu presencia; una presencia tierna y sutil que a veces acudía para deleitarla.

Hacía rato se habían desvanecido los ruidos de la calle;  ya solo quedaban sonidos propios de la noche. Mientras observaba las sombras, que la luna dibujaba con el perfil de  los árboles, notó el miedo acariciándola suavemente. Ese  miedo a la oscuridad del monte  le resultaba familiar; aunque hoy parecía más tierno. Sería quizás pque lo estaba recordando.   
Seguía escudriñando, no sin cierto recelo, la vegetación, por la carretera que serpenteaba cuesta arriba, y llegaba la memoria, hasta la explanada donde se alzaba su infancia. Podía ver  la posición  de cada casa, y el doblar de cada esquina bajo la luna, pero por extraño que parezca sus evocaciones tenían  luz del mediodía.

Y no acababa de entender que los recuerdos solo son memoria; al menos eso decía el Profesor, y que su adoración por aquel lugar, parecía magnificada por esos recuerdos. Avanzando camino del polígono, y mirando hacia donde antaño se ubicaba su casa, percibió las connotaciones positivas que envolvían el entorno; un marco físico irrepetible, unos protagonistas ausentes, y unas situaciones que en la memoria parecían tejidos con hilo de maravillas.
No podía negar que alguna vez se planteaba como sería volver a vivir allí; dibujando reminiscencias de anhelos juveniles. Entonces iba a tener razón el Profesor

El tejido de la realidad se aparta como un velo para que pueda escucharte recitar… Acaricia  mi ensueño, el suave murmullo; por Dios, que maravilla. 
Orar con perseverancia por volverte a oír. Rezar por la sabiduría; por  saber aprovechar el pasado, y  poder discernir lo importante del presente.

Para los naturalistas, la sociedad y el entorno conforman y determinan la personalidad humana, aunque los que nos hemos criado en pueblos industriales de los setenta,  no debemos  de olvidar la noción más romántica del ser, el cual existe y evoluciona al margen de las circunstancias que nos hayan rodeado. 
A pesar de todas las penurias que haya supuesto criarse allí, y  argumentando como  Hemingway  digo que,  si has tenido la suerte de haber vivido en Mieres cuando eras joven, luego Mieres te acompañará el resto de tu vida.

Entretengo mi alma con palabras y palabras, pero me doy cuenta de que estas aquí. Te siento en cada espacio de mi imaginación.  Te aproximas a mi mente, y después  te vas. Y  yo,... me quedo aquí.

Bendito Mieres, y benditos afectos que se mantendrán vivos, mientras esté viva.
El corazón latía lentamente, acompañando el silencioso y ancestral ritmo de la tierra.



UN AMIGO Y UN CAFÉ

¿Debido a la gracia de quién, estamos en el mundo?
Todos tenemos una idea; pero probablemente nunca hayamos tomado en serio el fondo de la cuestión. Y de qué manera, un hombre puede mirar como su amigo es comido por las profundidades de un mar Cantábrico bravío, en una noche de pesca, digo, como puede ese hombre perderse en las pupilas de un compañero que se hunde, y luego encontrar argumentos en el devenir cotidiano para seguir adelante con motivación.
Un amigo emocionalmente significativo. La foto de LALO SÁNCHEZ.

Y si esta historia, tan real como trágica estos días aquí, solamente fuese una parábola ¿cómo ese observador desesperado, puede seguir viviendo con integridad?
Buen Dios, había abierto la caja de pandora, y se había liberado el caos.

Sin embargo, nunca vivió con conciencia de una posición subalterna, todo lo contrario, le enseñaron a ser importante solo por ser como era. Una persona divertida,  nunca  vulgar. Siempre preguntándose. Amigo emocionalmente significativo que adoraba las dudas  que llevaba dentro pero abominaba, a veces, su evolución al exterior de una manera tan anodina y altanera.

Tenemos que reconocer que la naturaleza humana es imperfecta; su moral tiene doble rasero y un egoísmo desmedido. Nos cuesta asumir que tenemos miedos, que somos débiles e  inseguros; que solos nacemos, y que solos vamos a morir. Pero, también por nuestra condición de humanos, somos brillantes y únicos; generosos y tiernos. ¡Qué contrasentido! Aun así, cualquier cosa que aportemos al mundo, impregnada de amor al prójimo, nos dará felicidad, y se convertirá en moneda de cambio aceptada en cualquier pasaje al  universo. Por lo tanto, más que generosos, propongo que seamos inteligentes. Dad y se os dará, dice San Lucas en el evangelio.

En la vida necesitamos tener fe. Fe en algo; en alguien. En lo que puedas, en lo que te ayude, en lo que te salve,… pero con fe.

También en estos días la luz  del pasado lo iluminaba todo en Villar de Silva. Una luz clara, un cielo despejado,  y aquella comunión absoluta del entorno con la naturaleza, ayudaba  a retroceder en el tiempo. Allí todo parecía posible; refugiarse en el monte; niños abandonados a su suerte; guerras fratricidas; sobrevivir si tenías buena estrella; lidiar con el hambre; sentimientos encontrados. Ganas de vivir, y corazones generosos. El empedrado del camino todavía estaba húmedo a aquellas horas de la mañana, y el aire era gélido.
Sintió un escalofrió cuando subió la escalera de la casa donde había vivido su tío. Un tío al que no conoció, pero cuyo rastro genético resultaba evidente. Se preguntó si Gilberto se habría sentado, en alguna ocasión, mirando aquel valle encantado de espaldas a la montaña; y  si a pesar de todo, habría sido feliz. Le habría gustado tanto haberlo conocido.
Aquel pequeño pueblo de Rubiana descolgado en una ladera,  resultó uno de esos parajes  en el que nos reencontramos con parte de nosotros mismos. Un entorno auténtico donde todo encajaba.

Por eso, como él, tengo el convencimiento de que en la vida necesitamos tener fe, y cuando suceden cosas extrañas deberíamos de buscar la perspectiva adecuada ante un humeante café, y en la terapéutica compañía de un amigo; una de tus personas favoritas en el universo con la que compartes risas, tragedias y comedias.

Un amigo y un macchiato pueden cambiar nuestra visión de algo trascendente y convertirlo en un hecho asumible. Si además le das a tu cerebro setenta y dos horas para pensarlo y  echas unas risas, la vida adquiere otro color.

Y es que te has convertido en parte de mi alma pque echando la cuenta en total,…la vida es un sueño de felicidad.
En la vida necesitamos tener fe



DUDANDO

A veces tenía la sensación de que Italia era su segunda patria; y  no ya por afinidad, si no por la cantidad de veces que se perdía entre sus gentes, sintiendo la curtida piel de aquellas ciudades como suya propia. Esas historias le eran tan familiares, que ni el mismo y grandioso David le despertaba las emociones de las primeras veces.
Algunos se revelan y expulsan las inquietudes
de su corazón. Dans la photo
la belle dame Mlle
LUISA SALGUERO.
Supongo que es el precio a pagar por cambiar de compañía, pero recorrer siempre el mismo camino, ¿le quita, la cotidianeidad, encanto a la emoción? Ante esta indeterminación entre dos juicios, digo que sí.

También supongo que ver otro cuadro de Ghirlandaio en la catedral de Lucca da vida a este largo viaje por la Toscana. Ghirlandaio, primer maestro de Miguel Ángel, fue  augural en otra historia que tuvo sus buenos comienzos en el Thyssen Bornemisza, y que algún día te contaré. También genera dudas.

Parece que debes de sumergirte por completo en un mundo desconocido para comprender el tuyo propio, y es que el universo de las emociones es el gran desconocido. En muchos casos no hablamos de lo que sentimos por miedo al rechazo, a que nos tilden de raros, extraños, o sencillamente, pque lo que sentimos no encaja en tiempo y forma con lo que está escrito que debemos de sentir.
Pero algunos  se revelan, y expulsan las  inquietudes de su corazón por sus dedos; bien pintándolas, escribiéndolas; o quizás con su voz. Y nos gusta su  manera de escupir sensaciones. 

Las sombras producidas  por la luz de las farolas se iban alargando lentamente. Noche cerrada de un otoño que se extingue; una aristocrática amiga que conduce  en un trayecto agradable y  lleno de emotivas alusiones. 
Espectáculo, gran alboroto de egos que van y vienen. Entre la muchedumbre, te intuyo. Sacrificamos la calidad de lo que se oía, por la exclusividad de lo que se podía  ver. Hay circunstancias en las que la situación es deliciosa en sí misma.

Ya habíamos hablado de que esa absurda manía mía de diseccionar las emociones  conduce, a veces, a puntos sin retorno. Confieso que en alguna ocasión, siento un amor incontrolable hacia algún ser vivo. Sin motivo aparente. Ocurrió contigo, con Snoopy, y ocurre… cada vez que veo un gato atropellado. En serio. Es una pena que me duele. Entonces me pregunto si los que venimos a esta tierra material no habremos existido previamente en otra dimensión sin espacio, tiempo, ni materia. Luego, cuando morimos aquí ¿pasaremos a la antimateria? ¿Estaremos todos en ese otro mundo? 

Después de todas estas dudas, y de haber escuchado por ahí que no hay muchedumbre feliz,  y hasta detrás de una sonrisa hay sangre agitada,  lo único claro es que  el tiempo que estamos vivos es un regalo, el cual, debemos de saber gestionar y agradecer.  
Somos una aventura, a veces artística, así que es mejor rendirse serenamente a la magia de una mirada.

Siempre he sido fanática de las reuniones familiares, quizás por qué soy hija única. O tal vez por qué detrás de ese bullicio de sonidos cruzados,  se esconden corazones generosos que laten al ritmo de la misma genética. Dudas.
Hay  que ser muy bueno para reducir las cosas a lo esencial. 
Y lo esencial en esta historia consiste en escuchar más, mostrarnos tal como somos, y resolver.

Ella también asegura, que desde que te quiere  ha vuelto del silencio a la palabra, entonces, debes de saber que no acomoda una expresión que no te lleve en sus entrañas. ¿Cómo llegaría a este punto?

Argumentum a silentio  es una falacia en la que se extrae una conclusión basada en el silencio.  ¿Hablarás conmigo?
Argumentum a silentio, no.



SNOOPY

En casa siempre había perros. Por parejas, un setter irlandés o un setter laberal, y un pointer. Vivían en la caseta al lado de la puerta principal y jamás cuestioné que ser cazador tuviera una parte negativa. Mi padre fue  cazador.
A veces, estamos sólo a un par de conversaciones
de nuestros sueños.

Entre la nebulosa del sueño después de una buena cena, se juntaban padres, los unos; amigos cercanos, los otros; primos lejanos, y algún espontáneo. En ningún momento, de esos mágicos que componían aquellas tertulias familiares, recuerdo haberme  cuestionado los principios éticos de su afición. Sólo sé, que dormitaba en algún lugar de la enorme cocina, escuchando como las voces conocidas contaban anécdotas que había oído mil veces, y hablaban, y  reían, y volvían a hablar. Resultaban palabras entrañables y acogedoras, saturadas de impagables valores morales y de buenas lecciones de geografía local.
Levantar una arcea, caminar y caminar detrás de ella. Un perro puesto. Un amanecer frío, un jersey de lana, pantalones de camuflaje, katiuskas altas, dos pares de calcetines, unas ligas, la canana, el sombrero marrón y todo el entusiasmo de la jornada siguiente, dormían apilados en el brazo del sillón preferido de mi progenitor, al lado de la chimenea.

En la vida hay cosas que nunca se pueden olvidar, indelebles historias que siempre guarda el corazón.

Antaño, tener perro era otro concepto.
Snoopy  llegó hace ocho años a la casa de al lado y dado que sus dueños, terratenientes dominicanos de muy recóndito empaque moral, tenían otras prioridades, lo tomamos bajo nuestra tutela,  por pura necesidad suya de loca carrera.
Un buen día decidieron irse a otro punto del planeta, quedando los perrillos a merced de la poca atención de uno de sus subordinados, y la desinteresada  colaboración de mi familia. Rodando una situación con la que no podía hacerme, y gracias al hijo del Comandante Pastor y a la encantadora Nieves, ayer, el animalito, se fue a su nuevo hogar.

No había llovido aquella tarde, pero las piedras del jardín estaban húmedas y el aire era gélido. Sintió un escalofrío cuando apoyó la rodilla en el suelo para abrazarlo y  escuchó el estruendo de los vehículos que se acercaban. Snoopy había sacado lo mejor de ella,  incluso ahora cuando se iba, seguía sacando lo mejor de ella.
Y si preguntas que cosa era la mejor que tenía,… lo ignoraba. Podía  intuir  una sensación parecida al amor que la conectaba con aquello que un día le hizo abrigar alegría.


Siento que te siento; que te adoro. Sin duelo. Eres perfecto  y  multiplicas por miles de millones las cosas buenas. Sin trampa. Sólo  te quiero. Paseo contigo y me devuelves el reflejo de lo grande que es un corazón. Lo veo en tus ojos  siempre tristes. ¡Buen Dios! cuanta emoción cabe en un último paseo. 
Tantos vagabundeos  inmaculados; tantas  medias horas de impertérritas andanzas, y ahí estas, alejándote con esos ojos clavados en los míos.

Bueno, dulce y bruto a la vez;  no protestas cuando la gente caritativa te sube al vagón. 
Campos de amapolas y cariño para un espíritu salvaje. Nadie se atreverá a decir que no tienes alma. O quizás sí. Tal vez, lo que vemos en los canes sea un somero reflejo de nuestra propia esencia.

Campos de amapolas y cariño para un espíritu siempre presente en mis adorados  perros, y no es verdad pque sea matemáticamente consistente, pero es verdad que los corazones sensibles están condenados a patrones de vibración irrefutables.

Te vuelvo a querer cuando te alejas. Si cabe, te quiero más mientras te alejas.

Imborrablemente vivirás en mí.


Multiplicas por miles de millones las buenas vibraciones. SNOOPY

DESLUMBRAN SENSACIONES

En la noche, deslumbran sensaciones

La propia narrativa en la que vivimos hace que a veces nos detengamos  ante conversaciones exultantes de buen criterio. Por eso cuando  escuchamos  que la sabiduría como tal, pasa por la encrucijada de saber discernir, sentimos doblegada nuestra irreverencia. Tenemos la obligación de saber quiénes somos, y que nos hace felices.
Para entender lo que se escapa a la razón.
 La foto de COVADONGA VALLINA

En aquel momento lo ignoraba, pero sabiendo lo que sé ahora, sería imposible recordar aquellos días sin sentir una oleada de nostalgia. Por eso te escribo, para entender lo que se escapa a la razón; me he dado cuenta de que si no escribo no sé lo que siento. Bendita tu  paciencia.

La gente que se gana la vida trabajando en la noche nos llama la atención de forma especial; y  debemos de  reconocer que  las personas que apuran esa misma noche, inspiran un poco de turbación.  Parecen una rama de los humanos conectados  con  seres medio mitológicos medio  vampíricos, dígase lobos o diablos.
Véneto nos ha regalado una noche; horas robadas al sueño con sobresaltos alemanes, bosnios y algún bichito español. 
Bajo los efluvios de esas horas brujas, la realidad cambia de color y los problemas desaparecen de su órbita habitual para arrebujarse en el limbo temporal del olvido. Algo tiene la oscuridad que nos trasforma.

Amanecer de ojos cargados; sensación de haber infringido alguna ley, sin motivo aparente; reminiscencia, supongo,  de una juventud tardía o de  desolación inmadura, entonces reconocemos que el Lido de  Jesolo y sus amplios campos cultivados, son un paraíso próximo a la tierra; y esa  luz viva y serena que empapa el camino, sigue iluminando un lugar encantado que invoca en el alma presencias mágicas y quizás exhortaciones  satánicas, pero acariciando la parte buena de Don Diablo, mi abuelo.

Confesar, que las personas capaces de manejar ingentes cantidades de poder nos han resultado siempre, si no adecuadas, sí condenadamente magnéticas. Y pensad chicos, pensad; el poder que nos atrapa, se engalana con diferentes vestiduras, pudiera ser el poder del dinero frente al de la sabiduría; quizás nos subyugue la belleza, o tal vez nos atrape  la ingenuidad. Pensad chicos, pensad. Conoced donde están vuestras debilidades, y así nunca sucumbiréis como Aquiles.

Existe un reloj biológico que te transporta a tiempos  inmemoriales. Tiempos donde se engendraron recuerdos que viven  grabados en la piel, como pecados nunca cometidos. No quiero dormir mientras se aleja Véneto. No quiero perderme de ti, ni un instante entre este suelo y  su cielo. Hago esfuerzos para sentirte en el alma, para que me sigas inspirando, y  debo de reconocer que aunque lo único seguro es el cambio, sigo queriendo adorarte.

No debemos confundir estar muertos con querer paz.

Vuelvo a  inmortalizarte sobre el mismo mar Adriático,  donde  todos los amores de tu  vida divinos y humanos, reales o imaginarios, confluyen en un punto del infinito, y entonces, soy capaz de ver una poética en la indiferencia.  Tienes el dominio absoluto de los silencios.
Todas las situaciones encajan unas con otras, cuando son de encajar, así que espero encarecidamente que mis palabras desordenen tu conciencia.

Insisto, tenemos la obligación de saber quiénes somos, tanto en el día como en la noche; de asumir de qué color estamos pintando el mundo; y sobre todo de  discernir de qué color nos gustaría pintarlo.

He pedido diez  interesantes minutos contigo, y con  mis razones. Una  manera de recordar que la fantasía hace historias.
Tienes el dominio absoluto de los silencios






INSTINTO PRIMITIVO

Escuchar al apacible Mimo ladrar en el jardín como si estuviese poseído, mientras el aire compone melodías propias, manejando a su antojo los arboles del sendero que llega hasta la casa, me hace  pensar en nuestros instintos primitivos. 
Algunos enmascaran sus debilidades humanas
 en la grandeza de sus ideas.

Aunque con cierta imprecisión podemos decir que todo en la vida tiene una explicación lógica, a la que hemos llegado por el avance de la ciencia, y otra explicación irracional la cual mantiene actualizado nuestro instinto primitivo. El instinto primitivo siempre nos tiene a la defensiva.

Queda ese afán de supervivencia grabado en algún lugar del ADN, y aunque trato de ignorarlo, no he podido destruirlo, así que si te enfadas conmigo, la cosa queda entre nosotros; pero si me enfado contigo, si me hieres en el corazón, si realmente me haces daño, entonces, ni yo misma sé a quién te enfrentas pque vislumbro dentro de mí, una parte de voluntad fría y desalmada que después de llenarme de ira se convierte en un trozo de piedra.
De todo este proceso interior, solo sale a la superficie una cara inexpresiva, unos ojos vidriosos, y un ánimo impasible. Por más que intento razonar y darles a los hechos, solamente, la importancia que tienen  no consigo perdonar. Y ese es el momento en que busco culpables por lo que siento, me vale la genética, ser la nieta de Don Diablo, o mismamente el instintos de supervivencia emocional  y/o miedo al abandono.

En realidad, aún enfadada e inexpresiva, estoy deseando a que me hables; que me convenzas con argumentos sólidos e irrefutables; que insistas en que tú también tienes tus razones, y el que no estés de acuerdo conmigo, no significa que  hayas dejado de quererme.

Nunca deberíamos de dudar  que, cada momento tiene una historia.

Instinto animal, es aquel componente incontrolable del hombre que nos  hace enfadar, correr en busca de nuestras raíces, nos aparta de los peligros, e inevitablemente, va unido a las emociones. Cuando escuchamos un ruido, miramos haber de donde proviene; es también nuestro impulso de supervivencia lo que nos lleva a sentir hambre y a cubrirnos cuando hace frío, eso sí, reaccionamos sin pensar, por eso resultaría interesante saber que parte de ese instinto nos  hace fantasear.

La ciencia cada vez acorrala más a la fe. esa  columna anónima, sometida y silenciosa que avanzaba hacia la media tarde y nos subyuga a su voluntad, son las emociones ancestrales, que nos conducen, a veces, a puntos sin retorno. Pero así son las cosas, y cuando los ruidos del verano se aquietan, llega el otoño, y en ocasiones no apetece pensar, ni leer,... ni escuchar.

 En ocasiones solo queremos sentarnos, ...y sentir la vida como pasa.
En ocasiones solo queremos sentarnos, y sentir la vida como pasa, ignorando nuestros instintos primitivos.


SOBERBIA VERSUS GENEROSIDAD


En aras de nuestra salud mental no debemos de olvidar de dónde venimos, y si somos un poco conscientes tampoco ignoraremos a donde vamos a ir a parar. 
Sé generoso y entonces verba volant, palabras vuelan.
Así las cosas parece acertado que la calidad humana de un individuo se mida por el cómo trata a las personas que considera, acertadamente o no, que  están por debajo de él.

Soplará el nordeste en la playa. Igualmente caminarás con el halo de la emoción oculta iluminándote el semblante. Las gotas de salitre salpicarán las manos mientras recuerdas alguna anécdota. Y avanzarás por el arenal prendado por el intelecto de alguno de los artistas que te hacen grata la compañía. Todo ello contado con la ímproba voluntad de presentarte como señor en esta historia. Pque señor lo eres, y/o, lo serías, si supieras ser humilde y controlar tus emociones.

Resulta espectacular la situación. Desde el banco de madera pulida en el que estaba sentada, la música la llevaba hasta las calles del París auténtico y profundo, pasando por el borde de tu mirada; y conducidos, todos, por el hijo de Lucien que, abrazado a su Victoria, se dejó el alma acompasando a su melódico silbido, arrastrando a propios y a extraños hasta los arrabales del sentimiento puro.

Parece difícil de creer que detrás de una sensibilidad musical tan exquisita exista un ser desagradable, hasta me atrevería a decir que maleducado. Pero así finaliza la realidad en el día de hoy, aunque no negaré que ha sido tierno compartir espacio contigo durante un rato harmonioso, tampoco me resulta desconocida la soberbia trasmitida por esos tus ojos, querido príncipe, y motivada en parte pque consideras que nosotros, el populacho, somos necesarios, solamente, para rellenar las sillas, eso sí, de mitad de la sala hacia atrás.
Es lo que tiene pertenecer a una casta superior, siempre lo habéis tenido todo fácil, veis el fútbol en el palco; viajáis en primera clase; vivís en primera línea; rezáis de espaldas, si es necesario; lloráis lágrimas poderosas, y, sobre todo, os creéis que los de abajo son inferiores. No lo niegues; aunque suene fuerte, feo, y trasnochado, sabes que tengo razón; hoy, otra vez, lo has demostrado. Si bien deseaba que  hablaras como un humano normal, alejarse de tu arrogancia ha sido lo mejor y más duro del día.

En cierta medida, esto altera la realidad de lo experimentado con la música y tu presencia; pero dadas las circunstancias, mejor una cruel verdad que una placentera ilusión.
Este instante sería el adecuado para jurar, sobre el libro de la ética de la pasión, que, nunca más.
Desconozco cuánto tiempo durará este nunca más, pero insistiré, la calidad humana tiene poco que ver con la apariencia y no deberías de olvidarlo.

He escuchado por ahí que una gitana pedirá tu audiencia, sólo por diez minutos; sé generoso y  me retractaré de lo dicho en estas líneas. Entonces, verba volant.

De todas maneras, la suerte es el plan que trabajó en la sombra, y de todas las suertes del mundo nunca conocí ninguna que se arrepintiera de haber amado mucho, ni por supuesto de haber escuchado mucha música. 
La suerte es un plan que trabajó en la sombra. Sé que conocéis este sitio.