SUERTE, MAESTRO.

¡A TOPE, A TOPE, A TOPÍSIMO!

 Todos estamos de acuerdo en que, Pancho, es una persona con notas de mil colores y su conversación nos ha brindado la mística de comunicarnos desde lo más profundo de nuestra persona. Su verborrea fácil y la forma que tiene de satirizar la verdad nos ha puesto contra las cuerdas en más de una ocasión. Su capacidad para el razonamiento inductivo, y a partir de una información particular llegar a una conclusión general, siempre ha sido una de sus especialidades y su manera más característica de atajar muchos problemas.

Ahora ya, nuestro entorno de cada día, alzará los ojos para recibirnos con su verde intenso y todos sus edificios formarán una cromática melodía en la que faltará una de sus notas.

Nadie, como él, ha conseguido proporcionar una significación filosófica, novelesca y dramática a los pormenores y preocupaciones de cada día.

Sus acciones añadían, al puro valor individual de cada alumno, una trascendencia ideológica y moral de mayor envergadura, haciendo sentirse, a cada cual, la mejor versión de sí mismo y esto ha contribuido a que él, como docente, haya alcanzado una notoriedad y simpatía sin parangón.

Cierro los ojos y  veo  aquel despacho de EF donde convivíamos unos chavales enamorados del ejercicio físico que estaban felices de hacer del deporte su forma de vida

De repente…el despacho pasó a ser un vestuario de niñas que había en el polideportivo y recuerdo que  en aquel lugar jugábamos a los dardos contra la puerta de una de las duchas.

Y como todos éramos muy jóvenes… llegó otra época donde, los chicarrones del norte, echaban pulsos de fuerza y se peleaban constantemente,  y lo que empezaba siendo un juego, acababa con ellos enzarzados en el suelo y yo intentando separarlos.  Se picaban por todo, a ver quién hacía más planchas, a ver quién ganaba a dominadas, a ver quién saltaba más lejos y nos matábamos a balonazos ¡Juventud divino tesoro!

Pero ha pasado un momento y Pancho ya se fue, cerrando con su marcha, queramos o no queramos,  una etapa de nuestras vidas,…mientras una melancolía desvencijada inunda el espíritu de cada uno de nosotros.

PANCHO: Tiendo a reconocer con la sabiduría que me da la edad,  que ha sido una suerte  tener en ti al hermano que nunca tuve y a mi amigo del alma. Además, nunca olvidaré tus buenos consejos,… ni los  malos.

¡A TOPE, A TOPE, A TOPÍSIMO!

Ha sido un placer trabajar con la energía de la juventud, porque la luz y la espontaneidad de los niños han impregnado de buenas vibraciones nuestro día a día.

Ha sido un honor dar clase, a tu lado, a jóvenes  y adolescentes, y sentir la fuerza con que la vida les regala. Me sigue desconcertando su absoluta motivación por todo, por tocar un balón, por comer un filipino, porque les digas que hay más flores en el campo, en definitiva,  porque les hagas saber que estás a su lado.

Esos hemos sido nosotros, y ese ha sido nuestro mundo.

Quiero por último recordar que un amigo es aquel que lo sabe todo de ti y aun así permanece a tu lado; no te deja solo con tus locuras y siempre está dispuesto a defenderte, así que gracias por ser mi amigo, Panchi, y felicidades por haber llegado a esta etapa de tu vida en plenas facultades.

Ya sé que alguien dijo una vez, Acaso no comprendamos en esta despedida, que, aunque la amistad nos une, nos separará la vida, pero no olvides que siempre, siempre, estarás en nuestro corazón.

¡SUERTE, MAESTRO!

Rema te de cabeza.