En pocos días verá la luz un libreto( de una serie de ellos que van a salir) con una historia breve que se titula, ATLETISMO DE MI AMOR, y aquí os dejo uno de sus capítulos. Espero que os guste.
Ana García de Loza
Finales de noviembre de 1985.Pero ya sabemos que el tiempo es lo que más rápido corre y mientras el sol de una tarde de noviembre caía sobre las montañas cercanas, mi mente flotaba en el andén de la estación y en ese momento apareció ante mis ojos una revista que me fulminó como un rayo parte un árbol; en una esquina de la portada aparecía una foto con la que se anunciaba tu matrimonio… entonces descendí a los infiernos y lloré. Por primera vez desde que me había enamorado de ti lloré desconsoladamente, lloré kilómetros y kilómetros mientras pensaba lo cruel que era la vida y me afirmaba en la idea de que como yo te quería nadie te iba querer. Daba igual que ni te acordaras de mí, yo te amaba; quería amarte porque no era capaz de olvidarte y porque sabía que un amor como el tuyo con un poco de afecto, no mucho, y grandes dosis de indiferencia no podría sobrevivir más que en mi loca cabeza.
Existe un abismo al otro lado de la realidad. Foto: Ana García de Loza en los 90 |
Con esa idea amanecí al día siguiente y al siguiente y al otro, mientras mi
vida normal corría por derroteros trillados, llenos de libros, bibliotecas,
problemas de química y vueltas a la pista llenas de esfuerzo, sudor, lágrimas,
ilusiones y alusiones a tu persona. ¡Madre mía del amor hermoso, todo acababa en
tu persona!
Así pasaron unos cuantos meses de enero de unos cuantos años diferentes,
durante los cuales te vi en alguna ocasión pero siempre parapetada por la
distancia y la costumbre de haber apostado en mi mente a un amor inmenso,
especial y único que ya había adquirido la categoría de amor imaginario.
Existe un abismo al otro lado de la realidad
atravesado por el poder de la magia, y ese era el espacio que yo habitaba con
tu imagen por bandera, entonces sentía en mis carnes aquel versículo de la
Biblia que dice: Yahvé ha preparado la
gloria para los que aman cosas que nadie ha visto ni oído…ni siquiera pensado.
1Corintios.2.9
Desde el umbral de un sueño me llamaron…
Era la buena voz, la voz querida.
-Dime: ¿vendrás conmigo a ver el alma?...
Llegó a mi corazón una caricia.
Contigo siempre…Y avancé en mi sueño
Por una larga y estrecha galería,
Sintiendo el roce de la veste pura
Y el palpitar suave de una mano amiga.
Machado
Contigo siempre.... Y avancé en mi sueño |