Septiembre ha
resultado tan emocionante como prometía. Por si quedara alguna duda os cuento
que hemos asistido a un acontecimiento muy relevante para un grupo de personas
que vivimos entre letras: el aniversario de Camelot.
"Camelot da vida a muchos sueños" |
Camelot es la editorial
que ha dado vida a muchos sueños, que ha hecho crecer a muchas personas y que
ha engendrado entre sus filas auténticos personajes.
A mí, personalmente, este
acontecimiento se me plantea como una espléndida paradoja y parece imposible que
tenga relación alguna con principios tan prosaicos como poner libros en circulación. Porque ellos, Pablo, Daniel, Rubén y Alejandra, nos
han permitido que el lenguaje se haya convertido en la piel. También con ellos aprendí
que los vuelos de los pájaros escriben en el aire antiquísimas palabras y que
si tú eres capaz de escuchar: brotaran de ti las historias.
Y este sigue siendo mi lugar,
el mismo en el que busco cobijo cuando necesito ayuda o palabras escritas, por
otros, por mí, por ti, por quien sea que las maneje con soltura; pero palabras
silenciosas que me identifiquen y me liberen del caos de las ideas.
Ocurre que son para nosotros, estas mismas palabras, como la mescalina
para las tribus indígenas sudamericanas en sus rituales místicos.
Yo tengo el viento metido en la memoria, como las palabras.
Si, como yo, hubieras
nacido al lado del mar, comprenderías el poder de las palabras como el del
viento, sin que nadie tenga que explicártelo.
Insisto: tengo el viento metido
en la memoria,… como las palabras.
¡Mil gracias Camelot!
Traficante de sueños. Foto de artselect.
Ana García de Loza