VUESAMERCED

Había oído hablar de esa clase de personas pero nunca había conocido a ninguna; de cerca por lo menos. Se decía que traían suerte ¿dónde estaría agazapada la suerte?  Volví los ojos al agua, tan tranquila y tan azul como otras veces, mientras esperaba para poder mirarte. Observé alrededor con velada curiosidad. Seguro que la hierba seguía creciendo erguida y cálida en dirección al sol, también como siempre, pero ni rastro de ti.
Existen personas que se aburren fácilmente y necesitan nuevos retos para su
  insaciable imaginación. La foto de ÁNGEL GARRIDO ARBESÚ.
Ante estas vicisitudes pudo comprobar lo que realmente le interesaba del espectáculo: observar para sentir; observar para darle argumentos a la imaginación. Pero como de costumbre contigo, no podía elegir. Solo esperaba. Siempre esperaba, así que llego a la conclusión de que le gustaba esperar si las musas de la creatividad y el buen fario le hacían compañía. Esperar para verte, sabia decisión; esperar para oírte, buena manera de utilizar el tiempo. Sabe, vuesamerced, que el tiempo de espera se puede pintar de tantos colores como tiene el arco iris. No te equivoques, no perdía el presente. Lo disfrutaba imaginando.
Ahora estaba completamente segura de que había salido algo bueno de todo  aquello; 
inmediatamente empezó a oír la música de un chelo, a la vez vio como la sombra de su
pensamiento bordeaba la orilla del muelle, entre la barandilla metálica y el agua de
la ría, y luego venía hacia la nave del puerto. Quedo inmóvil del asombro pque aquella
sensación no era la que quería ¿dónde andas? Me inclino para hablar en un susurro a la
distinguida dama que me acompaña. Ella se ríe con la secuencia de mis vocablos retorcidos,
para sacarles el fruto de la amistad. Siempre me rodea de buena compañía, habla
serenamente en francés, y me dice que  François Villón y sus miserias la cautivan.
 
El corazón se embarca con la imaginación, y a veces crean un capítulo. Ya sabes. Cada desaliento, cada desaire piensa que es el ultimo, pero por fortuna se equivoca. No parece tener  interés en nada material. De lo que pasa luego, ella disfruta y yo invento; pero también sé, como persona veraz, que lo soy; que quiero verte, sino la función no tiene gracia. Eso es; verte vivir
Ha decidido que todavía no es el momento de escribir el final; aún quedan impresiones de esta historia para regalar a la fantasía. La mayor parte del tiempo es leal a la imaginación pero ¿le valía de algo? A tan manida pregunta, siempre responde con un sí.
Reconocía que alguna vez había hablado en demasía, pero el que pierde en las historias imaginadas, pierde pque quiere. De sobra sabrás que no carece de arrestos para hacer borrón y nueva cuenta, pero esa idea no la seduce ni le limpia el corazón. Lo único que le ensanchaba las entendederas era el amor, además de que allí, en la cabeza, no saben nada de lo que pasa aquí, en el corazón, por la distancia y la frialdad. Aunque quisiera desparecerte, ya sería tarde. Así que a seguir esperando. Pero ¿dónde estás? ¿En qué piensas durante los largos caminos?

Podrían pasar cosas mucho peores que estar enamorado de una idea. Pudiera ser que no tuviera imaginación. Y como a Borges las mujeres, a mí la imaginación me ha hecho desdichada, pero la felicidad que he obtenido compensa toda la desdicha; y es mejor ser feliz y desdichado que no ser ninguna de las dos cosas. Así que sigo estando de acuerdo con él en que  hay derrotas que tienen más dignidad que una victoria.
Todas las lunas vendré, sin faltar una, hasta que vuesamerced diga basta.