LA CENA DE LOS EGÓLATRAS

Los hombres viven obsesionados por la inmensidad de los sentimientos, mientras, yo me muero de ganas por verte y sin duda aceptaría tu amable invitación a cenar para formarme una idea exacta de ese poder de seducción tan extraordinario que tiene tu persona en las distancias cortas, capaz de conquistar al mismo tiempo y en la misma casa el afecto de varios invitados de mundos diferentes; eso sí, sería una invitada de piedra en esa fiesta. Además, no siendo tú libre de ofrecer afecto y sin poseer yo, el encanto de la juventud, imagino que basaríamos la velada en la enjundia intelectual que le diéramos al encuentro. Una visión por definición es algo que no existe, pero cuando escribes una cosa y suena a verdad es que te inspira la verdad; una verdad  basada en  la fantasía que anida en esa realidad de todos los veranos, la cena de los ególatras.
Me dejaré engañar una hora,
un minuto o quizás un siglo.

Me gustará verte, pque sin ti, desaparecería el alfabeto de mis sensaciones mayúsculas y entonces flotaría en la niebla; en esa niebla difusa que dibuja el perfil de las siluetas solo cuando te acercas. Ya habíamos dicho que el desconcertante efecto Pigmalión se refiere a que lo que una persona espera de otra, puede llegar a servir como una profecía autocumplida. Espero de ti esa invitación, para que con tu imagen en la memoria pueda atravesar literalmente todas las emociones humanas. Me atrevo a afirmar con insistencia que nadie, jamás, se ha empobrecido por dar.

Cuando el orgullo y la prepotencia van unidos no hay disimulo que valga, a pesar de lo cual, tengo en mi todos los sueños del mundo y con renglones de arena escribo y escribo con apremio, algunas veces sin pudor, otras con recato y siempre con el buen talante que fortalece una imaginación saneada.

De todas formas hace mucho tiempo que deseo acudir a esa cena, aunque ya te he dicho que como simple observadora será suficiente, pque aunque no pueda cambiar historias ni dar sincera opinión sobre los comensales, sentiré el consuelo emocional de observar  en un mundo diferente al que habitualmente transito. No será en modo alguno un mundo libre de  miserias terrenales, pero estarán tan bien recubiertas que me dejaré engañar una hora, un minuto o quizás un siglo.

Cuando existe la predisposición a que algo agrade, no hace falta ningún motivo; y en cuanto al asunto de la cena,  los asistentes mantendrán un monologo fluido, lanzarán sonoras exclamaciones ante el esplendor del edificio que desafiará su paso con altas paredes y valiosos cuadros mirándote desde su obsequiosa colocación. Todo destilará sencillez y elegancia. La música del piano, la agitación de los invitados y la magnificencia de las conversaciones cruzadas hará que me muestre tan discreta y distinguida cómo me permita la inquietud.

Según el físico teórico, Michio Kaku, estamos en un mundo creado por una inteligencia, y la materia a escala subatómica se reduce a un punto en el espacio, que es en realidad un estado vibracional. Lo que llamamos azar ya no tiene sentido. Esto quiere decir que, con toda probabilidad, existe una fuerza desconocida que lo gobierna todo.

Es una buena noticia que no haya casualidades y que las cosas pasen pque tienen que pasar, así que hagamos bailar a ese punto en el espacio, al ritmo del piano de tu fiesta. Siempre me acabo preguntando ¿de qué estará llena la imaginación?

Existe una fuerza desconocida que lo gobierna todo.