JOANNA

 

Se comprenderá que las ideas aireadas al mundo con respecto a las mujeres vienen marcadas por la imagen que cada uno quiere trasmitir, pero muchos son los matices y valores que nos ofrecen cada una de estas mujeres que empoderamos y que no pueden encasillarse con una etiqueta de estilo único.

 Es la libertad atrapada para siempre en una Pista.
Foto de Joanna Gómez Suárez.

 Aun así, sabemos que cada una de ellas tuvo por meta la búsqueda de su verdad y de su camino y que tal afán aligeró su tiempo hasta conseguir fundirse en él. Y eso pasa con Joanna; no se  puede encasillar. Entrenadora tenaz, profesional incansable  y amiga para siempre.

La mañana, mañana muy fría, empieza a iluminar las oscuras cimas de los montes, pero la naturaleza  permanece aún silenciosa, mientras yo, presa de una alegría que no puedo controlar, canto al ritmo de la música que suena en la radio. ¡Otro sábado más! Llevamos días y días compartiendo trabajo, experiencias y frío; e incontables fines de semana disfrutando de nuestras conversaciones sentadas, yo en un banco y tú en el mondo, del módulo cubierto de Las Mestas.

Muchos nos miran, otros nos ignoran, los menos nos valoran, pero nosotras seguimos trabajando y la gente que transita a nuestro alrededor se mueve sin considerar nuestro esfuerzo. Siempre ha sido igual. Parece que tardará en cambiar y que las mujeres en el mundo del deporte deberemos de pelear a brazo partido para no se sabe muy bien qué.

Empiezan entonces a ponerse en orden mis ideas y recuerdo que, mucho tiempo atrás, los prejuicios de la sociedad  en una España seca y desabrida me servían de acicate. Su miseria era opalescencia en mi cerebro y de su machismo, bien asentado y siempre solapado, procedían las grietas por donde mi inteligencia  se colaba. Y ahora, aquí estas tú, recordándome que la vida es una rueda que nunca se para.

Es lo que tiene la pista de Atletismo, que consolida amistades y oculta entre sus fauces todo tipo de guerras y desencantos, de alegrías y de pesares, de amores y desaires, de lozanía y de senectud. Mañanas del sábado llenas de clases y tardes repletas de conversación. Nos detenemos un rato, con el interés de quien mantiene una conversación delicada, y seguimos hablando: La primera vez que puse mis pies sobre una pista, supe que el atletismo ensanchaba mi corazón, pero no esperaba que pudiera ensancharme también el horizonte.

 A las seis de la tarde de aquel día en el que el sol se metía tibio entre las nubes, después de una noche lluviosa,  y  mientras te mueves gesticulando, nosotras caminamos a la par. Hemos buscado y hemos encontrado nuestro lugar, y aquí  discurre el tiempo sin sentirlo; la última generación de monitores  va y viene; todo parece normal, nada altera la dinámica de la existencia. Concurren en este espacio finito la magia y el poder de lo sagrado así que no precisamos inventarnos otro reino, como tampoco necesito decirte… que siempre te estaré apoyando.

 

Complejo deportivo de Las Mestas.